Lejos de apagarse tras el boom del Mundial 2023, las Matildas vuelven a apuntar a aforo completo en las grandes sedes australianas de cara a la Copa Asiática Femenina 2026.
De Bunbury a los 80.000 asientos
El tercer partido del equipo, el 8 de marzo –Día Internacional de la Mujer– ante Corea del Sur en el Accor Stadium de Sídney, se encamina a rozar los 80.000 espectadores, con una primera tanda de entradas prácticamente agotada.
También vuelan los tickets para el debut ante Filipinas en el Optus Stadium de Perth (60.000 localidades) y el duelo contra Irán en la Gold Coast (27.000), ya con cartel de “sold out”.
Tras un 2025 más discreto en lo deportivo y con la racha de 16 llenos consecutivos rota, la federación decidió acercar a las Matildas a ciudades como Bunbury, Gosford o Adelaida, llenando estadios de 10.000 a 20.000 personas y manteniendo vivo el vínculo comunitario.
Ahora, la exdelantera y directora de operaciones del torneo, Sarah Walsh, reivindica la apuesta por los grandes recintos: “Algunos estaban esperando que la burbuja estallara, y aún no ha pasado”.
Fútbol, derechos y referentes
Las Matildas no solo venden entradas: se han consolidado como referentes en igualdad salarial, lucha contra el racismo y defensa de la comunidad LGBTQ+. Ese papel político se amplifica con un partido icónico en el 8M, donde niñas y niños verán a sus ídolas ocupar el escenario principal.
Con la Copa Asiática a tres meses y una concentración clave ante Nueva Zelanda, voces como la de Caitlin Foord recuerdan la urgencia deportiva: “Tenemos que exprimir cada partido porque es la preparación final”.









