En la Copa del Mundo Femenina 2023, unas 95 futbolistas y entrenadoras se declararon abiertamente LGBTQIA+, lo que representa un 13% de las 736 participantes. El dato duplica la cifra de 2019 y marca un cambio cultural profundo.
Esta mayor visibilidad genera efecto contagio: jóvenes y niñxs encuentran modelos a seguir en la cancha, lo que ayuda a reducir el aislamiento y presiona a clubes y federaciones para ser más inclusivos.
Referentes que hacen historia
- Quinn (Canadá): primerx jugadorx trans y no binarie en disputar un Mundial FIFA (ver perfil).
- Megan Rapinoe (EE.UU.): referente global por sus luchas dentro y fuera del campo (ver perfil).
- Sam Kerr (Australia): su relación con Kristie Mewis visibiliza el amor diverso en el fútbol (ver perfil).
- Ali Krieger & Ashlyn Harris (EE.UU.): leyendas queer y pareja icónica del deporte (Krieger, Harris).
- Tobin Heath (EE.UU.): crack ofensiva, abiertamente queer (ver perfil).
Cambios reales, desafíos pendientes
La representación impulsa políticas más inclusivas, cobertura mediática y apoyo institucional. Sin embargo, persisten brechas: discriminación, abuso en redes y desigualdad según el país o club.
«La visibilidad no borra la discriminación, pero hace más difícil ignorarla.»
El futuro será más inclusivo si clubes, hinchadas y medios siguen abriendo puertas. ¿Qué jugadora LGBTQIA+ te inspira? Comparte tu historia.
Fuente: Girls Soccer Network.