En los últimos 90 días se ha confirmado una oleada de roturas de LCA en el fútbol femenino europeo de élite. No son casos aislados: el patrón se repite en distintas ligas y contextos competitivos. Aquí tienes el listado de jugadoras confirmadas en este periodo y, al final, una reflexión sobre el porqué y qué puede hacerse.
Lesionadas confirmadas en los últimos 3 meses
- Jade Le Guilly (PSG) — 8 sep 2025.
- Sarah Zadrazil (FC Bayern) — 25 sep 2025.
- Lena Oberdorf (FC Bayern) — 20 oct 2025.
- Liana Joseph (OL Lyon) — 10 oct 2025.
- Marie Höbinger (Liverpool) — 14 oct 2025.
- Sophie Román Haug (Liverpool) — 21 oct 2025.
- Maite Oroz (Tottenham) — 21 oct 2025.
- Manuela Zinsberger (Arsenal) — 17 oct 2025.
- Jill Baijings (Aston Villa) — 3 oct 2025.
Nota: lista no exhaustiva y centrada en clubes europeos de primer nivel; el recuento refleja lo oficialmente comunicado en las últimas semanas.
Qué es el LCA (Ligamento Cruzado Anterior)
El LCA es uno de los cuatro ligamentos principales de la rodilla. Conecta el fémur con la tibia y evita que la tibia se desplace hacia delante además de controlar la rotación de la articulación. Es clave en acciones explosivas como frenar, cambiar de dirección y saltar. La rotura suele producirse en gestos sin contacto (apoyo con giro y colapso en valgo) o por golpe directo; típicamente se percibe un “chasquido”, dolor intenso, inflamación rápida e inestabilidad. En la élite, el tratamiento más frecuente es quirúrgico, seguido de una rehabilitación larga y progresiva; el retorno competitivo suele situarse alrededor de 6–9 meses, según el caso.
❌ Lena Oberdorf se ha vuelto a romper el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha
— Era Fútbol Femenino (@Erafutbolfem) October 20, 2025
📅 La futbolista alemana había regresado recientemente tras sufrir la misma lesión a finales de la temporada 2023-2024, tras 417 días fuera de los terrenos de juego pic.twitter.com/jqE694qtuM
Qué nos dice esta ola de lesiones de LCA
1) El LCA sigue siendo la lesión que más condiciona proyectos. Entre cirugía y readaptación, hablamos de 6–9 meses fuera… como mínimo. A nivel de club, es un golpe deportivo y financiero; a nivel personal, un reto físico y psicológico enorme.
2) El fútbol femenino está especialmente expuesto. La incidencia es mayor por una combinación de factores: control neuromuscular, patrones de aterrizaje/valgo, diferencias anatómicas y hormonales, botas/superficies menos adaptadas y plantillas más cortas (más minutos por jugadora).
3) Calendario y carga importan (mucho). Viajes, dobles competiciones, poco margen de recuperación y retornos acelerados tras lesiones menores elevan el estrés mecánico y neuromuscular. No es “mala suerte” cuando se repite.
4) La prevención funciona… si se hace con adherencia. Los programas neuromusculares estandarizados (tipo 11+) reducen de forma consistente la lesión de rodilla cuando se integran 3–4 veces/semana y se ejecutan con calidad (técnica, feedback y progresión).
Qué se puede hacer para prevenir este tipo de lesiones
- Higiene de carga real: planificar microciclos con ventanas de recuperación protegidas (teniendo en cuenta minutos, viajes y contexto del equipo).
- Warm-ups obligatorios y auditados: bloques de 10–15’ que incluyan pliometría, control de aterrizajes, trabajo de cadera y core; medir adherencia y técnica.
- Fuerza específica: énfasis en isquios excéntricos, glúteo medio/mayor y control del valgo dinámico.
- Calidad de movimiento: enseñar y evaluar patrones (cortes, frenadas, giros) con feedback de vídeo simple; progresiones antes de volver a competir.
- Retorno con criterios objetivos: no solo “tiempo cumplido”; incluir fuerza simétrica, test de salto/cambio de dirección y confianza perceptiva.
- En femenino: ajustar la carga individual, revisar calzado y superficies, y coordinar con el staff médico para abordar factores hormonales y específicos.
Quince LCA en tres meses no es una anécdota: es el síntoma de un sistema que exige más de lo que cuida. La buena noticia es que hay herramientas probadas para reducir riesgo y recaídas. Implementarlas de forma seria —y medir su cumplimiento— es la diferencia entre hablar de “plaga” cada otoñ



