La publicación de la autobiografía de Mary Earps, portera del Paris Saint-Germain y referente de la selección inglesa, ha desatado una tormenta mediática que va mucho más allá del terreno de juego. El revuelo generado por sus declaraciones y las reacciones en redes sociales han puesto en evidencia cómo el fandom del fútbol femenino puede volverse tóxico, alimentando debates que poco tienen que ver con lo deportivo.
Entre la admiración y la polémica
En apenas dos años, Earps pasó de ser una desconocida fuera del círculo especializado a convertirse en icono global tras su parada decisiva a Jenni Hermoso en la final del Mundial 2023. Sin embargo, su ascenso meteórico también la ha expuesto a una presión mediática inédita, donde cada gesto o palabra se analiza al milímetro y se viraliza sin piedad.
Fama, vulnerabilidad y negocio
A diferencia de sus homólogos masculinos, Earps no es millonaria ni está asegurada de por vida. Su caso ilustra cómo el éxito en el fútbol femenino sigue siendo frágil: la fama es intensa pero efímera, y las marcas y medios buscan rentabilizar cada momento. Como ella misma reconoce, «tu vida se convierte en entretenimiento para los demás».
El fenómeno Earps revela tanto el potencial como los riesgos de un ecosistema donde la cultura digital y la idolatría pueden convertir cualquier episodio en drama desechable.
Un recordatorio incómodo: detrás de cada estrella hay una persona real, vulnerable ante los vaivenes de la opinión pública.
Fuente: The Guardian.




