Ambiente grande en el Heliodoro Rodríguez López para un Costa Adeje Tenerife lanzado en la zona alta, que quería seguir mirando a Europa y firmar por fin un triunfo en su nuevo hogar, frente a un Granada CF necesitado de puntos pero competitivo en cada salida. El duelo, correspondiente a la jornada 11, se presentaba como una prueba de madurez para las tinerfeñas y de resistencia para las nazaríes, que llegaban en puestos bajos pero con la idea de salir vivas de uno de los campos más exigentes del curso.
El primer tiempo fue casi perfecto para el Tenerife, que mandó en el juego, acumuló ocasiones y golpeó pronto. En el 13′, Natalia Ramos abrió el marcador con un disparo desde la frontal tras un balón suelto, premio al buen inicio local. El conjunto de Eder Maestre siguió percutiendo, especialmente por el costado de Sakina Ouzraoui, muy profunda, hasta que en torno al 35′ la belga filtró un gran pase para Carlota Suárez, que definió cruzado para el 2-0, tercer partido consecutivo viendo puerta. Cuando el partido parecía encarrilado, una mano de Gavira en el área, revisada por el FVS, acabó en penalti que Lauri Requena transformó en el 45′ para el 2-1, reabriendo el choque justo antes del descanso.
Tras el paso por vestuarios, el Granada ajustó líneas, adelantó la presión y empezó a discutirle la iniciativa a un Tenerife al que se le notó cierto vértigo con el marcador ajustado. Las locales bajaron un punto el ritmo y les costó más encontrar a Ouzraoui y a Carlota al espacio, mientras las rojiblancas crecían con el balón y con las segundas jugadas. Eder Maestre intentó reactivar al equipo con cambios en banda y refresco por dentro, pero en el tramo final llegó el castigo: en el 85′, un balón suelto en el área cayó a Ariadna Mingueza, que no perdonó y firmó el 2-2 definitivo, culminando una remontada que dejó helado al Heliodoro.
El empate sabe a poco para el Costa Adeje Tenerife, que vio esfumarse dos puntos después de ir 2-0 arriba y sigue sin ganar en el Heliodoro pese a su buena temporada, en la que se mantiene en la zona noble y con aspiraciones europeas, pero con la lección clara de que debe gestionar mejor las ventajas. Para el Granada CF, el 2-2 es un punto de oro fuera de casa, que refuerza su carácter competitivo y le permite seguir sumando en su pelea por alejarse de la zona baja. Las tinerfeñas afrontarán ahora otro duelo como locales obligadas a transformar su dominio inicial en partidos más controlados; las nazaríes, en cambio, se van con la moral alta tras demostrar que, aún sufriendo, pueden levantarse ante uno de los equipos revelación de la Liga F.




