Tarde fría y muy tensa en el Municipal de Ipurua, donde un Eibar metido en la zona baja recibía a un Espanyol que necesitaba reencontrarse con la victoria para no complicarse la vida en la tabla. En plena jornada 11 de la Liga F Moeve, el guion enfrentaba a un Eibar más reactivo, acostumbrado a juntar líneas y salir a la contra, contra un Espanyol con más balón pero en busca de colmillo ofensivo. El 1-2 final dejó a Ainoa Campo como gran protagonista y a las armeras con la sensación de haber dejado escapar un punto importante en casa.
El primer tiempo tuvo un arranque trepidante, con el Espanyol asumiendo el protagonismo con balón y generando las primeras llegadas. Fruto de esa iniciativa llegó el 0-1 en el 15′, obra de Júlia Guerra, que cazó un balón suelto dentro del área tras una buena acción colectiva y definió cruzado. El golpe despertó al Eibar, que comenzó a estirarse y a amenazar a balón parado y en transiciones rápidas por los costados. Así llegó el empate: en el 27′, una jugada de estrategia terminó con Laura Camino sorprendiendo en el primer palo para firmar el 1-1, un tanto muy celebrado en Ipurua que equilibraba un choque igualado y de ritmo alto.
En la segunda mitad, el partido se abrió todavía más. El Espanyol siguió mandando en posesión, pero el Eibar encontraba espacios a la espalda de la zaga perica y obligaba a trabajar a la portera visitante. Las catalanas, con el paso de los minutos, fueron ganando metros gracias al trabajo entre líneas de Ona Baradad y al peso de Ainoa Campo, que ya había avisado estrellando un disparo en el larguero. El desenlace llegó en el tramo final: en una acción conducida desde la derecha, Campo encontró el hueco en la frontal y, con un derechazo ajustado, firmó el 1-2 en el 82′, un golazo que silenció Ipurua y certificó su condición de MVP del duelo. El Eibar lo intentó a la desesperada con centros laterales y juego directo, pero la defensa blanquiazul aguantó firme hasta el pitido final.
El triunfo supone un impulso enorme para el Espanyol, que vuelve a la senda de la victoria, se coloca con 12 puntos en la zona media y refuerza su candidatura a vivir un año tranquilo, apoyado en el liderazgo de Ainoa Campo y en la aparición goleadora de Júlia Guerra. El Eibar, en cambio, se queda con 10 puntos, también cerca de la zona baja y con un balance que refleja su dificultad para hacer daño en ataque pese a competir casi todos los partidos. Las armeras deberán transformar su buen trabajo defensivo en más amenaza arriba si quieren alejarse del descenso, mientras que las pericas afrontarán los próximos compromisos con la confianza que da asaltar un campo tan exigente como Ipurua.
