La historia de Paola Hernández con el fútbol siempre estuvo marcada por la intuición: una niña que alternaba baloncesto y balón hasta que el Tenerife la encontró en el patio del cole. Hoy, a sus 23 años, la centrocampista del Costa Adeje Tenerife vive uno de esos hitos que estremecen: jugar —y marcar— en el Heliodoro Rodríguez López, el estadio que la vio crecer desde la grada. “Nunca hubiera soñado jugar en el Heliodoro”, confiesa, aún con la emoción a flor de piel.
Paola convirtió ante el FC Badalona Women un gol que llevaba nombre propio: su yeya, Luisa. “Si hubiera estado viva, lo habría cantado antes de que entrara”, recuerda. Ese tanto fue más que un gesto; fue un puente entre su infancia, su barrio y el nuevo impulso del club tras la fusión con el CD Tenerife masculino. Ahora sube caminando al estadio, un contraste enorme con los años en los que compaginaba entrenos, coche y universidad.
Superado el cruzado —doce meses de paciencia y reconstrucción—, Paola se ha convertido en una pieza clave del crecimiento tinerfeño, sólido desde hace años en la zona media-alta de Liga F. Su mirada táctica lo resume: “Tiene triple mérito lo que hizo este club sin el sustento del masculino”.
Entre tatuajes que cuentan su historia —Uruguay y aquella Sub17 campeona del mundo— y su vocación docente, Paola se proyecta con calma: seguir brillando en la isla y, algún día, escuchar su nombre en una convocatoria de la Absoluta.
De momento, sigue caminando esas ocho calles hasta el Heliodoro con la misma sonrisa que la acompañó en el patio de La Salle.
Fuente
Liga F (20 NOV 2025).




