La directora de Fútbol Femenino de la UEFA, Nadine Kessler, aprovechó su paso por el Congreso internacional ELEVA, organizado por la RFEF en Las Rozas, para lanzar un mensaje directo al fútbol español: aquí se producen Balones de Oro… pero no siempre se les trata como tal.
Kessler insistió en que las futbolistas españolas son “muy admiradas en muchos países” y lamentó que en casa no reciban toda la atención que merecen. Recordó cómo, cuando ella jugaba, se dudaba del nivel del fútbol femenino y cómo ese discurso se ha ido desarmando a base de ver competir a generaciones como las de Alexia Putellas y Aitana Bonmatí, símbolos del cambio.
Más allá del elogio, la alemana habló de estructura: reclamó más inversión en clubes y ligas para lograr un equilibrio competitivo real y subrayó que el fútbol femenino “no necesita un rescate”, sino inversores que entiendan que el retorno llegará a medio plazo.
El mensaje fue claro: si el producto deportivo no es suficientemente bueno, no fidelizará a la afición.
Kessler también animó a que más exfutbolistas se sienten en las mesas donde se decide el futuro del juego y remató con una idea que en España suena a tarea pendiente: el fútbol femenino debe estar “siempre en la agenda”, no sólo cuando se levantan títulos.




