El Real Madrid resolvió con autoridad en Los Cármenes ante un Granada resistente pero castigado por la pegada: 0-3, con gol de Pau Comendador y doblete de Alba Redondo. Un triunfo que aprieta la pelea por arriba y mete presión al FC Barcelona.
El arranque ya marcó el guion. Las locales se ordenaron en bloque medio-bajo, buscando salir al contragolpe con envíos largos y medidos. Las blancas, con posesión y dominio territorial, ensancharon el campo y cargaron el área con centros constantes para abrir grietas.
Asedio blanco y escasas llegadas locales
La primera media hora fue un monólogo de campo: hasta 6 córners en 15 minutos, señal de asfixia y presencia continua en zona de remate. El Granada apenas pudo sostenerse con despejes y alguna transición suelta; al descanso, su producción se resumía en un tiro a puerta.
Gol anulado al Granada y ventaja blanca
En el minuto 25, el estadio cantó gol, pero quedó en nada: el tanto de Postigo fue anulado por falta sobre Misa Rodríguez en un saque de esquina, en una acción con balón suelto tras la salida de puños de la guardameta.
La respuesta del Real Madrid fue quirúrgica. Desde la derecha, Athenea del Castillo desbordó con dos regates y sirvió un pase atrás para que Pau Comendador definiera a placer: 1-0 que abrió el cierre del partido.
El doblete de Redondo castiga al Granada
Con la ventaja, la presión blanca subió un punto y el Granada empezó a sufrir cada salida. Ahí llegó el golpe doble. Primero, Dabritz filtró desde la izquierda y Redondo controló para marcar desde la frontal del área pequeña. Cinco minutos después, la delantera olió el rechace tras un disparo de Sheila García y, de nueve pura, empujó el 0-3.
Tras el descanso, el Real Madrid buscó el cuarto, con otra ráfaga de centros peligrosos de Athenea. La opción local más clara apareció en un disparo de Laura Pérez, pero el partido ya vivía bajo control visitante.
Control blanco y desgaste físico del Granada
Con la hora de juego, el esfuerzo sin balón pasó factura: más imprecisión en los pases locales y menos continuidad en las transiciones. El Real Madrid siguió monopolizando la posesión y la presión alta, gestionando tiempos y espacios.
Ocasiones blancas y pérdida de solidez defensiva
Hubo margen para más. Iris Ashleigh rozó el cuarto, pero Laura sostuvo con una parada en dos tiempos. Y desde el minuto 65, el bloque nazarí concedió algo más, permitiendo a las blancas circular con mayor fluidez.
Lesión de Sivi en la revisión de un penalti
La nota amarga llegó con la revisión de un posible penalti: Sivi se lesionó y salió entre lágrimas, dejando a su equipo momentáneamente con una menos. Aun así, el marcador no se movió, pese a un gol madridista anulado por fuera de juego en el tramo final.
El 0-3 confirmó el mensaje: cuando el ritmo se impone, la clasificación tiembla.
