Stamford Bridge se vistió de Champions para un Chelsea obligado a reaccionar tras su tropiezo liguero y con la clasificación a cuartos muy abierta en este nuevo formato suizo. Las de Sonia Bompastor llegaban invictas en la UWCL y con ocho puntos, sabiendo que un triunfo las impulsaba al top-4. Enfrente, una Roma casi desahuciada en la tabla, con sólo un punto y la misión de resistir lo máximo posible ante un rival con mucho más fondo de armario.
El arranque tuvo un cuarto de hora de ida y vuelta hasta que el partido se rompió en una jugada cruel para las italianas: centro envenenado de Sandy Baltimore desde la izquierda y cabezazo en propia puerta de Valentina Bergamaschi para el 1-0. Desde ahí sólo hubo un equipo. Wieke Kaptein firmó el 2-0 culminando una gran acción colectiva tras un cambio de orientación de Keira Walsh y servicio de Johanna Rytting Kaneryd, y justo antes del descanso llegó el tercero: conducción de Niamh Charles, remate de Sam Kerr que repelió Lukášová y volea a la escuadra de Rytting Kaneryd.
En la reanudación, con varios cambios ofensivos, Chelsea no levantó el pie. Sjoeke Nüsken entró y, en su primera gran acción, provocó y convirtió el penalti del 4-0 tras una falta de Marta Pandini revisada por el VAR. La avalancha continuó con el 5-0 de Maika Hamano, definiendo raso tras una conducción y pase de Guro Reiten, y se cerró con el 6-0 de Lucy Bronze, un centro-chut desde la derecha que se coló en el segundo palo. Roma, que había empezado valiente, se fue diluyendo hasta apenas pisar el área rival en la segunda mitad.
MVP: Millie Bright (Chelsea) – La central lideró la zaga con autoridad, dominó el juego aéreo, recuperó balones constantemente y dio seguridad a un equipo volcado en campo contrario.
El 6-0 funciona como declaración de intenciones: Chelsea responde a las dudas domésticas con su noche más contundente de la temporada europea y se instala entre las aspirantes claras al pase directo a cuartos. Bompastor pudo repartir minutos, ver a sus suplentes brillar y, al mismo tiempo, reforzar automatismos defensivos alrededor de Bright. Para Roma, el golpe es doble: la goleada certifica su adiós a la competición y deja expuestas las grietas de un bloque que, cuando se ve obligado a defender muchos metros en su área, sufre para sostener el nivel físico y de concentración que exige la Champions League femenina.
