La jerarquía del momento está clara: Kansas City Current, Manchester City, OL Lyon, Chelsea y un Barça que sigue marcando el paso conforman un top-5 inmutable. El último Power Ranking de Opta, que compara rendimiento ajustado entre ligas muy distintas, ofrece una fotografía valiosa del equilibrio competitivo mundial. Entre los puestos #25 y #16, equipos como North Carolina Courage, Häcken o América muestran una subida sólida, mientras que Atlético de Madrid y Tigres UANL ceden terreno. En la franja #15–#6, el impulso llega desde Bayern München, Washington Spirit, Wolfsburg y PSG, mientras que Manchester United y Orlando Pride retroceden.

Qué nos dice esta clasificación
El ranking captura tendencias que a menudo se nos escapan. La estabilidad del top-5 apunta a una concentración creciente de talento y recursos en unos pocos clubes capaces de sostener proyectos deportivos y financieros robustos. En cambio, las oscilaciones del bloque medio reflejan mercados laborales más volátiles, diferencias en calendarios y desigualdades en infraestructuras. Que equipos de la NWSL, la Frauen-Bundesliga, la Liga F y la D1 francesa convivan en el mismo tramo muestra, pese a todo, una convergencia competitiva: cada vez hay más capacidad para producir fútbol de élite en distintos continentes.
Si queremos un ecosistema más equilibrado, la clave está en que los avances no se limiten a la élite. Datos como estos deberían inspirar políticas que nivelen acceso a recursos: inversión mínima garantizada en academias femeninas, reparto más equitativo de ingresos internacionales y estándares comunes de bienestar laboral.
¿Qué medida —desde financiación a regulación— podría ayudar a que las próximas variaciones del ranking reflejen no solo rendimiento deportivo, sino también un reparto más justo de oportunidades?



