El Aston Villa de Natalia Arroyo firmó un triunfo de personalidad en Leigh Sports Village (3.434 espectadores) y cortó la racha invicta del Manchester United. Decidió Miri Taylor al 35’: córner mal despejado por Phallon Tullis-Joyce, volea desde la frontal y 0–1 que el Villa defendió con uñas, orden y una lectura magnífica de los momentos.
El guion tuvo dos actos. En el primero, Villa ató corto al United a base de duelos y segundas jugadas; en el segundo, resistió el arreón local. Ella Toone buscó el hueco entre líneas, Leah Galton ganó metros por fuera y Rachel Williams conectó dos cabezazos que se quedaron en manos de Sabrina D’Angelo. La ocasión más clara murió en un corte salvaje de Anna Patten sobre Toone. Al United le faltó precisión en el último pase y variedad para desordenar el bloque bajo.
Arroyo lo definió como “una victoria enorme”: su equipo fue agresivo sin perder disciplina, amenazó a la contra y supo enfriar el tramo final. Marc Skinner, autocrítico, pidió refuerzos en enero para añadir “herramientas distintas” cuando el rival te empuja a un plan más directo. El Villa, cada vez más reconocible, encadena solidez; el United tropieza en casa justo antes de su ventana europea. Partido de detalles, ganado por un golpe limpio y una estructura que no se descompuso.
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