Dilma Mendes, referente del fútbol femenino en Brasil, recuerda su infancia en Camaçari, Bahía, cuando la policía la detenía por jugar al fútbol, entonces prohibido para mujeres. «No podían retenerme mucho tiempo», cuenta con ironía. Su pasión la llevó a desafiar normas y abrir camino para nuevas generaciones.
Una pionera brasileña que desafió leyes y prejuicios
Hoy, a sus 61 años, Mendes es doblemente reconocida como mejor entrenadora mundial de fútbol 7 femenino. Fue quien descubrió y formó a Formiga, leyenda brasileña con siete Mundiales y siete Juegos Olímpicos, a quien ahora ha convocado para liderar la selección en el Mundial de Fútbol 7 en Curitiba (21-24 agosto). Junto a ellas estará Érica de Jesus, esposa de Formiga, como asistente técnica.
Más allá del campo: legado y activismo
Mendes no solo entrena; impulsa proyectos sociales para niñas y es secretaria de deportes en Camaçari. Además, colabora en el Museo del Fútbol de São Paulo, preservando la memoria del fútbol femenino. «Como mujeres negras, debemos saber y también saber cómo entrar al juego sin dejar de ser quienes somos», afirma.
Su historia es un recordatorio de que el fútbol femenino avanza gracias a quienes lucharon por jugar cuando era ilegal. Ahora, sueña con un segundo título mundial y una mayor protección legal para las futuras generaciones.
Fuente: The Guardian.