La emoción de los playoffs de la NWSL alcanzó su punto álgido en unos cuartos de final repletos de historias humanas y giros inesperados. El regreso de Luana, tras superar un linfoma de Hodgkin, culminó con el penalti decisivo que clasificó al Orlando Pride. «Hace un año no sabía si volvería a jugar», confesó entre lágrimas, recordándonos el poder del fútbol para transformar vidas.
En Kansas City, el favoritismo se esfumó en el último suspiro: Katie Stengel marcó para Gotham FC y silenció a las locales, demostrando que en la NWSL nada está escrito. La portera Aubrey Kingsbury fue heroína para Washington Spirit, imponiéndose en una tanda de penaltis donde su 34,6% de acierto volvió a ser diferencial.
Mención especial merece Marta, capitana del Pride, que a sus 39 años provocó el penalti clave y sigue desafiando el paso del tiempo con liderazgo y calidad. Y cuando todos daban por descartado a Portland Thorns, la dupla Olivia Moultrie–Reylin Turner firmó la jugada que mantiene viva su historia de Cenicienta rumbo a semifinales.
La NWSL confirma así su estatus como una liga imprevisible y vibrante, donde cada partido puede cambiarlo todo.
Fuente: All For XI.



