Hisingen amaneció con una mezcla extraña: la resaca dulce del primer Damallsvenskan conquistado por BK Häcken, y la incertidumbre alrededor de la figura que ha guiado al equipo hacia ese oro histórico. A sus 37 años, Mak Lind podría estar viviendo sus últimas horas en el banquillo amarillo y negro.
En Suecia se daba por hecho que Lind continuaría, respaldado por un acuerdo vigente para 2026 y por el juego maduro que ha consolidado durante la temporada. Pero en el fútbol femenino europeo —y cada vez más en el estadounidense— los ciclos se aceleran. Según varias fuentes, Häcken está en conversaciones avanzadas con el North Carolina Courage, uno de los clubes que más claramente busca redefinir su identidad en la NWSL.
Mientras tanto, Lind trata de contener el ruido mediático con una serenidad casi artesanal. «Sería una descortesía hablar de ello ahora mismo», dijo a SVT antes del último partido, recordando que aún tiene contrato y que su prioridad inmediata es celebrar el título con su plantilla.
Si finalmente cruza el Atlántico, en Hisingen ya suenan nombres para el relevo: el más evidente, Robert Vilahamn, ex del Tottenham y viejo conocido del club. Un regreso que, para más de una aficionada, tendría un tinte casi circular.
