Las San Diego Wave se han coronado campeonas de la segunda edición del World Sevens Football, levantando el trofeo en Fort Lauderdale tras un contundente 3–0 frente a Tigres UANL y completando un torneo perfecto: cinco victorias en cinco partidos.
En el Beyond Bancard Field, el equipo de la NWSL impuso ritmo y pegada en una final con sabor a clásico continental: Estados Unidos vs. México. La joven Makenzy Robbe abrió el marcador tras una transición eléctrica, y la internacional canadiense Adriana Leon sentenció con un doblete en la segunda parte, certificando el título y los 2 millones de dólares del premio para el club.
El camino de la Wave fue una declaración de intenciones: invictas en fase de grupos y una semifinal demoledora ante Flamengo (5–1), en un torneo que reunió a potencias como Club América, Deportivo Cali, Kansas City Current, AFC Toronto y Nacional bajo el formato 7v7: campo reducido, dos tiempos de 15 minutos, cambios ilimitados y sin fuera de juego.
En lo individual, la mexicana María Sánchez (Tigres) se llevó la Bota de Oro y el premio a Jugadora del Torneo, mientras que la guardameta DiDi Haračić (San Diego Wave) fue reconocida con el Guante de Oro, reflejo del protagonismo latino y del peso defensivo de la campeona.
Para la organización, el mensaje va más allá del marcador. La CEO del torneo, Sarah Cummins, lo resumió con claridad: «World Sevens Football no solo es un torneo, es un movimiento que impulsa el fútbol femenino a nuevos niveles».
En un contexto de brecha salarial y ligas que aún pelean por recursos básicos, un premio de 5 millones de dólares y la visibilidad global del formato 7v7 mandan una señal fuerte: cuando hay inversión real, el talento responde.
Si te ilusiona este tipo de proyectos, toca seguir a la San Diego Wave, a las jugadoras que brillaron y al World Sevens Football, compartir sus partidos y exigir más espacios así en el calendario del fútbol femenino.













