La NWSL vive días de incertidumbre tras el bloqueo del contrato millonario de Trinity Rodman por parte de la liga. A sus 23 años, la delantera del Washington Spirit es una de las figuras más explosivas y mediáticas del fútbol estadounidense, pero su futuro podría estar lejos de casa.
El veto a su renovación —que superaba el millón de dólares anual— ha encendido las alarmas: la liga no puede competir con los salarios que ofrecen los grandes clubes europeos.
El caso Rodman es un termómetro para la NWSL. Mientras Europa acelera con fichajes y sueldos récord, Estados Unidos ve cómo talentos como Alyssa Thompson, Naomi Girma o Crystal Dunn cruzan el Atlántico.
La respuesta de la liga ha sido aprobar un mecanismo tipo «jugadora franquicia», permitiendo a los clubes invertir más allá del tope salarial en estrellas que cumplan ciertos criterios deportivos o comerciales. Sin embargo, la medida llega tarde para evitar el éxodo y aún debe negociarse con el sindicato.
La posible marcha de Rodman sería un golpe simbólico y estratégico para la NWSL, que lucha por no perder atractivo ante una Europa cada vez más profesionalizada y ambiciosa. Las próximas semanas serán clave: si la liga no logra retener a su mayor estrella, el centro de gravedad del fútbol femenino mundial seguirá desplazándose hacia el Viejo Continente.
Fuente: The Guardian.












