En la fría tarde de Sankt Pölten, la UWCL cruzó los caminos de un SKN ya prácticamente fuera de la pelea por el top-12 y una Juventus obligada a ganar para consolidarse en la zona de play-off y seguir mirando de reojo el acceso directo a cuartos. El 0-5 final refleja la diferencia de jerarquía: las bianconere se van a los 10 puntos en el grupo único, mientras que las austríacas se quedan con uno y un balance muy duro tras encadenar goleadas ante Atlético, Lyon, Chelsea y ahora Juve.
El plan se decidió desde el inicio. Con un once ofensivo –Peyraud-Magnin; Krumbiegel, Harviken, Calligaris, Carbonell; Pinto, Wälti, Schatzer; Beccari, Girelli y Vangsgaard– la Juve subió el bloque y ahogó cualquier salida de un St. Pölten replegado en línea de cinco con Brunold muy sola arriba. Vangsgaard abrió el marcador en el 6’, cazando un balón suelto tras un córner, y a partir de ahí el partido se jugó casi siempre cerca del área local. La portera Carina Schlüter sostuvo a su equipo con varias paradas antes de que una mano de Križaj, revisada por el VAR, derivara en el 0-2 desde los once metros, transformado con calma por Cristiana Girelli al filo del descanso.
Tras el descanso cambió el paisaje pero no el guion: posesiones largas, circulación paciente y una Juventus muy agresiva tras pérdida ante un St. Pölten hundido en campo propio. Otra irrupción de Chiara Beccari dentro del área provocó el segundo penalti de la noche y el 0-3 de Girelli. Con el duelo encarrilado, Massimiliano Canzi refrescó el once con Rosucci, Cascarino y Lindsey Thomas; precisamente Thomas asistió en el 0-4 de Tatiana Pinto, llegando desde segunda línea, y el 0-5 lo firmó Paulina Krumbiegel atacando el área en otra transición larga. Una manita que, por ocasiones, pudo ser aún más amplia.
MVP: Cristiana Girelli – Doblete desde el punto de penalti, varios remates claros, mucho trabajo de espaldas y la sensación constante de que cada ataque peligroso pasaba por sus botas.
Más allá del marcador, el partido refuerza la imagen de una Juventus que empieza a parecer un equipo de cuartos: bloque compacto, líneas muy juntas, balón bien protegido por dentro y mucha presencia en el área con Girelli, Vangsgaard y Beccari alternando desmarques. El triunfo le permite llegar a la última jornada con margen competitivo en la lucha por las plazas altas, mientras que St. Pölten confirma el peaje de la élite: un equipo valiente pero todavía lejos del nivel físico y táctico que exige esta Champions League femenina.













